Normalmente, en lo que tiene que ver con música, películas o libros tiendo a ser un hombre
de dar muchas oportunidades. Me gusta ser maravillado y en muchas ocasiones
estoy dispuesto a reconocer que el problema soy yo y no el producto como tal;
una prueba de ello es que hay libros, películas y álbumes que no me gustaron en
una época y que ahora me encantan. Siempre he sentido que debe haber espacio
para una segunda, tercera y hasta una cuarta oportunidad.
No
sentí eso con esta nueva trilogía de Star
Wars.
Cuando
anunciaron que Disney compró los derechos de la franquicia y que iban a hacer
una continuación a la caída del Imperio Galáctico, debo decir que me dio
curiosidad, pero no me sentí muy emocionado con la noticia. La historia
original había terminado tan bien y las precuelas, aunque lejos de ser
perfectas, habían logrado expandir las dimensiones de la mitología de Star Wars.
¿Había realmente alguna necesidad
de una continuación de esta legendaria franquicia?
Claro
que no. Solo tienes que ver estas dos películas para olfatear ese aroma de
avaricia y de tratar de exprimirle dinero a una franquicia que, saquen obras
maestras o saquen basura, va a seguir siendo un fenómeno mundial. Star Wars está tan entrelazado con la
cultura popular que es casi imposible que una película con su nombre no vaya a
ser exitosa.
Aun
así, la falta de necesidad de estas películas o el deseo de aprovecharse de la
marca no justifica que el material sea malo. Entonces, ¿por qué esta trilogía
es un fracaso? Voy a explicar los motivos que para mí dejan en claro cómo este
proyecto de Disney ha sido un bodrio absoluto:
El contexto.
Algo
que creo que los productores de esta trilogía no consideraron es que ya hemos
visto SEIS películas de este universo, divididas en dos historias. En la saga
principal tenemos la lucha del Imperio Galáctico contra la Resistencia mientras
que las precuelas lidian con algo un poco más complejo, que es la caída en
desgracia de la República Jedi para hacer camino al Imperio de los Sith.
En
esta trilogía hemos regresado a la batalla entre el Imperio de los Sith y la
Resistencia (*bostezo*). Lo siento, pero todos sabíamos de antemano que estas
tres películas no iban a ser mejores que las originales, así que, ¿por qué tratar de revivir un concepto que
ya conocemos y que nos han presentado de mejor manera en el pasado?
El
Imperio Galáctico ha caído; no hay necesidad de presentarlo una vez más en la
forma de la Primera Orden porque esa primicia está desgastada. Creo que hubiera
sido mucho más interesante mostrar una nueva sociedad con diferencias marcadas
a la República puesto que los Jedi están casi extintos. Esto le hubiera dado a
esta trama su propia personalidad, como una suerte de sociedad descentralizada
que se ve amenazada por los remanentes del Imperio Galáctico y Kylo Ren como
una especie de Mesías Sith (tranquilos, tengo mucho “amor” para el pequeño Kylo
en una parte de este análisis).
No
sé ustedes, pero el concepto de un Lord Sith viajando de planeta en planeta,
ganando adeptos a su causa y propagando las enseñanzas olvidadas del lado
oscuro y de su maestro, como una suerte de impío profeta, mientras nos
presentan una nueva República sin la centralización en los Jedi, me parece un
contexto mucho más fresco y nuevo que esto que nos ofrecieron.
Tengo
amigos que me han dicho que este contexto se debe a las malas críticas que
recibieron las precuelas y el hecho de que la nueva trilogía viene después de
los hechos de la principal, sin mencionar lo que dije al principio: que
solamente están buscando hacer dinero y no se esforzaron mucho en la idea.
Puedo comprar eso hasta cierto punto, pero nada de lo anterior justifica la
sensación de refrito que gran parte de estas películas genera.
Rey.
Voy
a decirlo sin tapujos: Rey existe en el
universo de Star Wars solo porque es mujer. Punto. Nada más ni nada menos.
Para tener una protagonista y Jedi femenina. Y agregaré otra cosa: me atrevería
a decir que ese fin la ha convertido en un personaje que puede llegar a ser
ofensivo para las mujeres.
Para
entender esto que acabo de decir, es importante que volvamos a los dos
protagonistas de las trilogías previas: Luke y Anakin Skywalker. Luke era un
joven que quería aventuras, que quería hacer lo correcto y que en el camino
encontró muchas dudas y dificultades; Anakin era un joven inestable y resentido
que quería proteger a sus seres queridos y fue corrompido en el proceso. ¡No
tenemos nada de esto con Rey! ¿Cuál es su personalidad? ¿Qué es lo que ella
quiere? ¿Cómo está segura de la bondad de los Jedi y de la maldad de lado
oscuro? Su solo propósito en estas películas es ser una mujer para mostrar
“diversidad”, como en muchas de las tendencias progres que imperan en el mundo
moderno como los infinitos tipos de muertes. Pero desvarío.
Hay
quienes me dirán que las mujeres son tan capaces en todo como los hombres. Por
supuesto, eso no lo discuto. Tampoco rechazo la noción de que Star Wars pueda tener a una mujer como
protagonista; lo que estoy en contra es de dos cosas: de mala creación de personajes y de aprovecharse de ciertas
características para alegar una hipócrita “diversidad”.
Y
aun así, las mujeres y los hombres no
somos iguales. Ni siquiera nuestras genéticas lo son. Nuestras formas de ver la
vida son diferentes y los retos que tenemos en ellas también lo son: las
mujeres tienen que pasar por muchas cosas y por muchas sensaciones por las que
los hombres no pasamos. Pero con Rey no vemos ninguno de estos elementos
distintivos; podríamos cambiar a su
personaje por un hombre y gran parte de la historia sería igual y eso está
muy mal. Hubiera sido interesante agregar elementos diferentes de los Jedi femeninos
a los masculinos o simplemente darle una personalidad en donde pueda mostrar
rudeza, fragilidad, odio, amor y demás como todo ser humano, especialmente como
mujer.
También
está el tema de lo que llamo su “potencial oculto” y que los guionistas han
manejado tan pobremente. Han tratado de retratar a Rey como una Jedi de poder
ilimitado y que puede vencer a cualquiera en un arrebato cuando casi no ha
entrenado. Sí, Luke tenía mucho potencial, pero nunca fue capaz de vencer a
Sidious o a Vader. Sí, Anakin era el elegido, pero incluso él, tras años de
entrenamiento y pasarse al lado oscuro, no pudo vencer a Obi-Wan y casi muere
en el intento. Pero Rey sí es una genio
que puede tomar un sable de luz por primera vez y derrotar a un Sith que tiene
años de entrenamiento. No me jodas.
Rey
es un personaje cuyas acciones se basan en simplemente en hacer lo correcto,
pero no hay un sentido de individualismo que Luke y Anakin sí tuvieron. Y eso,
en términos de creación y desarrollo de personajes, está muy mal.
Falta de riesgos.
Tal
como dije al principio, la idea detrás de esta trilogía era revivir –usemos ese
término para ser por lo menos educados- el espíritu de las películas
originales. Podemos discutir si eso era algo bueno o no; lo que no se puede
debatir es que quedarse solamente con ese concepto y jugar a lo seguro es una
mala idea.
Esto
es el fallo con esta trilogía, que está un poco relacionado con el primer punto
pero que no es exactamente lo mismo: la falta de decisiones arriesgadas, de
innovar un poco. Hay quienes me dirán que la muerte de Han Solo fue una jugada
arriesgada y yo les digo que no lo es cuando consideramos que esto es un ritual
en cada trilogía para pasar el testigo a la nueva generación, como lo fue la
muerte de Obi-Wan en Una Nueva Esperanza
y la de Qui-Gon en La Amenaza Fantasma.
Incluso eso fue un refrito.
No
estoy pidiendo que reinventen la rueda; el universo de Star Wars posee ciertas
idiosincrasias que siempre queremos ver en sus entregas. Pero incluso las
precuelas tenían su propia identidad, como los elementos políticos y el
resentimiento in crescendo de Anakin, dándole al rol del protagonista una
dinámica más inestable y peligrosa. Que gusten o no gusten es un tema que dejo
al criterio de cada lector, ero el deseo de tratar algo diferente está ahí,
siendo casi palpable.
Incluso
se puede notar la falta de riesgos en las escenas de combate. La escena entre
Luke y Kylo Ren en El Último Jedi es
un ejemplo perfecto de mala narración: Luke Skywalker muriendo por haber usado
todo su poder para crear una copia de sí mismo es una imagen mucho más débil
que él muriendo por la mano de Kylo Ren, su otrora alumno, tras un intenso y
memorable combate.
No
sé si es por diseño, no sé si es por la influencia de Disney, pero eso se
siente como una versión amigable de la franquicia, con productores temerosos de
tomar decisiones duras y efectivas. Otro claro ejemplo de lo que estoy tratando
de decir es la escena de Leia flotando en el espacio en El Último Jedi; literalmente rodé los ojos con lo cursi de la
escena, todo para mantenerla viva en la historia.
Toda
forma de arte necesidad libertad para ir a dónde la canción, las palabras o la
historia la lleve; los riesgos son una consecuencia inherente e inevitable si
se está siendo sincero con lo que uno ve y con lo que uno percibe. Es por eso
que respeto mucho más a las precuelas que a esta trilogía: trataron de hacer
las cosas diferentes aquí simplemente estuvieron muy asustados para ello. Y el
miedo en el arte no sirve.
Snoke.
Lo
de Snoke fue una de las cosas más decepcionantes que he visto en cualquier
franquicia de cine (y ni siquiera es la mayor decepción de esta trilogía). Es,
en esencia, aquel dicho de tanto nadar para morir en orilla: algo infructuoso y
sin sentido.
Me
es complicado el simple hecho de fundamentar y explicar las razones por las que
este antagonista fue tan poco efectivo, pero creo que todo se reduce al hecho
de que es una mera copia de Darth Sidious. Como el original villano anciano ya
no está para sembrar terror y muerte en la galaxia, los guionistas crearon a
Snoke y debo decir que es un fracaso estrepitoso porque no tiene ningún atisbo
de personalidad y maldad que lo haga interesante de verdad. Es solo una copia
patética de Darth Sidious.
No
solo se trata de tener protagonistas convincentes, sino antagonistas
convincentes. No siempre deben ser retratados como villanos o como seres de
abundante maldad –después de todo, el bien y el mal muchas veces están sujetos
a la interpretación humano y eso contribuye a que la narración sea mucho más
rica-, pero en el caso de que se busque establecer un antagonista que entre en
el segundo caso, entonces no busques repetir lo que has hecho. Es un problema
recurrente de esta trilogía que ya he dicho hasta el hartazgo.
Snoke
apareció y murió sin ningún tipo de impacto en la historia o en nuestra
memoria. Solo está sentado en su trono, como Darth Sidious lo estuvo, pero sin
nada del ingenio y la palpable maldad que caracterizaba al otrora Canciller
Palpatine. Sin mencionar el hecho de que sus orígenes no terminaron de ser
explicados y eso deriva en que nunca nos sentimos totalmente convencidos con su
aparición; no pido que dediquen gran parte de la película en eso, pero una
explicación un poco más fundamentada hubiera venido bien.
En
fin, un antagonista descafeinado para una trilogía sin encanto. Pero eso no lo
hace lo peor de la trilogía. Ni siquiera cerca. Porque en este caso he dejado
lo peor para el final. Y creo que muchos de ustedes ya saben a qué (o a quién)
me refiero.
Kylo Ren.
Kylo,
Kylo, Kylo… ¿Por dónde empezar contigo?
Mi
problema con Kylo Ren no es solo el hecho de que lo derrotó una mujer que nunca
había empuñado un sable de luz en su vida. Mi problema con Kylo Ren no es solo
el hecho de que su casco y atuendo es una copia ofensiva de Darth Vader. Mi
problema con Kylo Ren no es solo el hecho de que sus ataques de ira se parecen
más a los de un niño que llora porque le dieron ensalada en su cena. Mi
problema con Kylo Ren no es solo hecho de que el semblante lastimero del actor
me provoca patearlo cada vez que lo veo.
No, mi problema con Kylon Ren, lo
que realmente me frustra y me harta de él, es que tenía demasiado potencial y
no hay nada que odie más en este mundo que el potencial desperdiciado.
La
historia de su origen me encantó: el hijo de Leia y Han que fue aprendiz de
Luke y que terminó en el lado oscuro. Genial, se mantiene la corruptibilidad
del clan Skywalker y se le da una entrada genial al retorno de los Sith. Todo
lo que vino después fue una porquería sin miramientos.
Kylo
Ren es todo lo que está mal con esta trilogía desde cualquier punto de vista:
casting, desarrollo de personaje, imponencia (Darth Maul era mil veces más
imponente que él y nunca dijo ni una sola palabra) y en cuanto a lo memorable.
Porque al final de todo, una historia y tiene que tener personajes que
recordemos. Kylo Ren no es memorable; es un personaje que exude debilidad,
flaqueza y que no tiene ningún tipo de encanto para el espectador.
Yo
ya expuse mi idea de lo que se pudo haber hecho con el concepto del retorno de
los Sith y el rol de Kylo en esa resurrección; me parece una forma muy buena de
presentarlo al público, de que pueda hacer alarde de sus capacidades y de poco
a poco asentarse como una figura de temer y como un líder militar. Eso hubiera
servido para enaltecer a su personaje y darle conquistas. Porque Kylo Ren no
tiene ninguna victoria; lo único que pudo lograr fue matar a su padre y lo hizo
porque Han estaba tan emocionalmente descubierto que su guardia estaba baja; en
combarte abierto no estoy tan seguro que lo hubiera logrado.
Puedo
entender que no quieran mostrarlo como un monstruo, pero eso es parte del
problema: Kylo Ren era la oportunidad para consolidar a un antagonista con un
genuino conflicto de identidad, pero que también fuera fuerte y que reviviera
la oscura grandeza de los Sith. Ni uno ni lo otro. En lugar de eso tenemos a un
niño débil y malcriado cuyos arrebatos de ira solamente destrozan cosas (dista
demasiado de los tiempos en los que Anakin masacraba pueblos enteros por la
muerte de su madre).
Su
personaje no tiene impacto, no tiene profundidad y ni siquiera tiene la
crudeza, la intensidad, que debe tener un individuo con tanto resentimiento y
resentimiento dentro de sí mismo; debería ser una bomba de tiempo propensa a
matar en momentos de duda cuando no planeaba hacerlo y con un cierto grado a la
crueldad por las enseñanzas de los Sith. Es por eso que el personaje de Anakin,
especialmente en La Venganza de los Sith,
siempre me ha parecido tan bueno: su transformación no fue solo humana y
brillante, sino que dio cabida a algunos momentos perturbadores como la matanza
de los niños en la academia Jedi (aunque ahí admito que le faltó muñeca a
George Lucas para mostrar parte de eso, pero supongo que tampoco iban a dejar
que mostraran eso en todo el mundo, supongo).
Kylo
Ren fue una oportunidad totalmente desperdiciada y que ha dañado toda la
trilogía hasta el punto de hacerla virtualmente irrecuperable; hemos llegado al
punto en donde la última película va a ser la lucha entre una protagonista sin
ningún tipo de personalidad y un antagonista cuyo mejor truco es romper
maquinaria cuando le da un berrinche. Qué época para estar vivos, ¿no es así?
Tal
vez estoy siendo un poco duro. Después de todo, tras tanto hablar de las
precuelas, debo reconocer que La Amenaza
Fantasma y La Guerra de los Clones
distan de ser buenas películas y que La
Venganza de los Sith salvó esa trilogía en términos de calidad y de
disfrute, más allá de cualquier inventiva o sentido de innovación; existe una
posibilidad, por más ínfima que sea, de que la tercera película salve a esta
trilogía. Pero no lo creo. Honestamente no lo creo.
Desde
mi punto de vista, como todo lo que he escrito aquí, esta trilogía de Star Wars no debería siquiera existir;
me parece un esfuerzo innecesario y que mancilla una historia que había cerrado
su círculo de seis películas de una manera maravillosa. Pero una vez que
aparecieron, debo decir que ha sido un fracaso por una falta de inventiva, del
temor a tomar riesgos y nuevos personajes que no tienen ningún tipo de encanto
para el espectador; estas dos películas tienen el mismo encanto que un panfleto
acerca de los diferentes tipos de enfermedades de transmisión sexual.
La
gran lección que se puede tomar con esto es que si una franquicia, por más
grande que sea, desea continuar produciendo, entonces siempre debe estar
dispuesta a salir de sus propios paradigmas y no temer a tomar decisiones que
puedan enfurecer a sus seguidores. Un valiente siempre va a valer mucho más que
cien cobardes; esta trilogía de Star Wars
parece haber estado constituida por los segundos y no por el primero.
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