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domingo, 18 de octubre de 2015

Crítica: Flotsam and Jetsam – Doomsday for the Deceiver



En la década de los 80s hubo una proliferación de bandas de un nivel ridículamente alto en nuestra música que hacían muy fácil la misión de perderse buscando grupos de calidad porque habían demasiadas opciones válidas desde las más obvias hasta lo más recóndito del underground. Y es bastante fácil entender por qué surgían tantas pero tantas agrupaciones cuando la comercialización del género –en términos de publicidad- estaba en su nivel más alto; el Metal estaba de moda por todo el mundo y era un estilo musical que podía ser vendido a las masas, si se sabía cómo manejarlos. Tenían a la MTV pasando videos de los grupos a todas horas del día, la radio no paraba de tocar temas de los grupos y las bandas, naturalmente, cosechaban las dulces mieles del éxito traducidas en billetes. Para quienes triunfaban en esa década, el cielo era el límite y no había parangón alguno; estaban en la cúspide de lo que podía ser la carrera de un músico –estoy seguro que cada uno de nosotros piensa en algún grupo en particular. Pero los que llevamos un tiempo en esto sabemos que el pastel no era lo suficientemente grande para ser dividido entre todos –algunos nacen para ser reyes y otros para ser plebeyos, como dicen algunas personas. Eso sí: hay plebeyos que pueden doblegar a ciertos reyes en su propio juego o al menos así lo lograron en un cierto momento de sus vidas. Hay grupos que nacieron de la escena del Metal, particularmente la del Thrash, que podían mirar de tú a tú a mucho grupo sacro que se erigió durante esa década sin siquiera pestañar. Ahora, no voy a ejercer el rol de demagogo y venderles algo como si fuera el Santo Grial del género; pero sí les puedo garantizar que lo que tenemos entre manos es uno de esos puntos altos, altísimos, del estilo. Hablamos de Metal, hablamos de Arizona, y hablamos de 1.986. Sólo podemos estar hablando de algo: el mismísimo Doomsday for the Deceiver de los memorables Flotsam and Jetsam.




Siendo uno de los secretos mejor guardados del Thrash Metal, estos muchachos fundaron la banda en 1.981 y pasaron por varios cambios de nombres hasta decantarse por el que son popularmente conocidos –un término náutico, para los interesados en saber su significado. Como meros adolescentes que aún transitaban por los pasillos de la secundaria estadounidense, pasaron por algunos cambios de alineaciones hasta consolidar la que publicó este opus de la música pesada. Los cimientos de esta banda se erigieron gracias a una gran camaradería que nació del amor que sus músicos pregonaban por grupos como Iron Maiden, Motörhead, Tank, Judas Priest y muchos otros grupos; no eran de una ciudad que apoyara mucho la música que hacían y el único apoyo genuino que tenían era el de uno a otros. Así surgieron las composiciones de este intricado, fenomenal y contundente Doomsday for the Deceiver: un trabajo de Thrash Metal que puede llegar a servir como una suerte de eslabón perdido entre los pasos primigenios del subgénero a comienzos de la década y el más concluyente que presentaron Slayer, Kreator o Dark Angel en este mismo 1.986. Poquito a poco, sin que nadie se diera cuenta por esos años, Arizona estaba creando a su propia bestia; esa misma que pueden atisbar en la portada que nos agracia hoy, aplastando al Diablo al más puro estilo The Number of the Beast.



Y mientras el grupo iba desarrollándose como una entidad, iban componiendo las piezas que acabarían en este magno primer álbum; y casi todas las canciones estarían hechas por el bajista, Jason Newsted. Sí, probablemente si alguna vez han escuchado el nombre de esta banda es porque el una vez bajista de Metallica fue miembro de estos chicos de Arizona antes de unirse al combo de James y Lars. Realmente, aquí es donde se puede llegar a tener una mayor valoración de lo que era el “Newkid” como músico puesto que con los Jinetes lo regalaron al rol de un actor de reparto –y aún así lo hacía de puta madre en los conciertos y en su trato para con los fans. Doomsday for the Deceiver es el álbum de Jason Newsted; el momento donde se carga el equipo al hombro y se permite brillar a sí mismo como un músico de Metal en toda la extensión de la palabra. Sin ánimos de ofender a sus proyectos posteriores; pero un servidor piensa que aquí es cuando Jason se explaya a sus anchas en las letras, en las composiciones e incluso se permite algunos momentos para brillar con su bajo. Es importante destacar esto porque la aparición de Newsted en este álbum es (injustamente) el único resquicio de repercusión que tuvo la banda en su carrera; pero eso no significa que no fueran mucho más que eso. Y hoy muchos de mis lectores lo van a descubrir.




La banda eventualmente se trasladó a California donde tendrían mayor oportunidad para promoverse y también tocar como teloneros para grupos como Megadeth, Mercyful Fate, Riot –banda de la que el propio Newsted es muy fan- o Armored Saint. Su demo Metal Shock pudo ser producido gracias a una guerra de bandas que organizó Gloria, la futura esposa de Max Cavalera y manager de bandas, que ellos ganaron y que les permitió tener el tiempo en el estudio para elaborar la misma. Cuando hicieron la demo, grabaron un video de una calidad bastante pobre (y bastante hilarante) de la canción Hammerhead en el apartamento de Jason y Edward Carlson, uno de los guitarristas. Aprovecharon las oportunidades para promoverse en los compilatorios Speed Metal Hell II y Metal Massacre VII –éste último les conseguiría un contrato con Metal Blade Records y al afamado Brian Slagel como productor. Con un presupuesto ínfimo de 5.000$ y grabado en su entereza (producción, mezcla y toques finales) en tan solo cinco días, la ópera prima de los de Phoenix es un ejercicio soberano de un Heavy/Speed Metal que mezcla diferentes elementos como vocales muy deudoras del Heavy Metal clásico, guitarras que no solo son afiladas, pero también pueden conjurar momentos melódicos a lo Mercyful Fate; y mucha agresividad extraída de los grupos de Thrash Metal que ya eran nombres asentados en ese año. Cabe recalcar que en muchas fotos de la banda de ese periodo, varios de los miembros utilizan camisas de Metallica y es que los Jinetes son una gran influencia en el sonido de Flotsam and Jetsam –al menos en este debut.




Cuando pensamos en los clásicos ochenteros del Thrash Metal, ¿en qué álbumes pensamos? La lista suele ir más o menos así, sin hacer mucho esfuerzo: Master of Puppets de Metallica, Peace Sells… de Megadeth, Pleasure To Kill de Kreator, Reign in Blood de Slayer, Darkness Descends de Dark Angel, Spreading the Disease de Anthrax… y nos quedamos muy cortos porque solo estoy nombrando un álbum por banda. ¿Por qué no es Doomsday for the Deceiver un álbum clásico del estilo? Es una pregunta tramposa porque la realidad es que lo es; pero nunca tuvo el reconocimiento merecido. Flotsam and Jetsam entra en esa categoría de grandes agrupaciones de abundante calidad y entrega que no cuenta con ciertos rasgos distintivos en imagen y sonido que los separara del resto. Eran un grupo que era muy melódico para el oyente más extremo y muy extremo para las sensibilidades del metalero más melodioso; sus canciones podían pecar de ser muy largas y no podían terminar de consolidarse en un mercado para promover su trabajo. Nunca hallaron cabida en el mercado ya mencionado y con el pasar de las entregas, nunca pudieron capitalizar todo el interés que la media especializada había desplegado en este primer álbum; se quedaron estancados, indiferentemente de la calidad de sus obras posteriores.



Flotsam and Jetsam son forajidos olvidados en la vastedad del tiempo. Como muchos, se entregaron en cuerpo y alma, pero no fue suficiente para alcanzar la gloria deseada. Muy bien, es tiempo de dejar eso de lado y concentrarnos en lo que a todos nos importa: la música. No se comieron nada del pastel, pero igual aquí están, hombre. Y viene por ti. Es el día del juicio para los infieles. Es el día de Flotsam and Jetsam.



La primera en atacar como piraña enloquecida es Hammerdead, donde la banda ya comienza a hacer gala de las fortalezas y recursos que encumbraron a este trabajo (musicalmente) en los primeros escalones de la cadena alimenticia. Michael Gilbert y Edward Carlson son dos guitarristas bestiales: sus riffs, melodías y solos en las seis cuerdas permiten a hacer a este grupo uno musicalmente flexible puesto que pueden variar de estilos sin problemas. Hammerhead es uno de los temas más conocidos de la agrupación y es un corte directo, afilado y que es un Thrash/Speed Metal bastante gozador con ciertos toques del Heavy Metal más ochentero. Kelly David Smith es el baterista fundador de la banda y es también un excelso baterista; cuando era más joven traté de aprender a tocar la batería y me di cuenta de lo dificultoso que es para los bateristas de Thrash tocar en tempos tan acelerados –ahora imagínense hacer eso con los cambios de ritmos que tiene Flotsam and Jetsam. Mis respetos para David Smith por ello, y a la banda por habernos servido un temazo con todas las de la ley. Una forma brillante de dar el puntapié inicial a esta joya.




El vocalista, Eric A.K., se convirtió con el pasar de los años en uno de los bastiones de la banda y en uno de los rasgos más característicos en su sonido. A pesar de que su voz dista mucho de lo que fue aquí, Eric era, en sus años mozos, uno de los mejores vocalistas en el negocio por aunar un estilo vocal más de la NWOBHM con el Thrash –y eso lo denotamos con la pieza Iron Tears. Esta canción mantiene el ritmo acojonante de la primera y da más espacio al mencionado vocalista para que le dé rienda suelta a toda su capacidad pulmonar para entonar; es una pieza maravillosa de escuchar y que cuenta también con un gran trabajo en las guitarras de Gilbert y Carlson. El bajo de Newsted impera por sobre toda la mezcla y se escucha con bastante claridad; las antípodas de lo sucedido en el …And Justice For All.



La maligna Desecrator es un ejercicio de los guitarristas por hacernos trizas a una velocidad trepidante y un dramatismo notable por parte de Eric en el micrófono; es una canción que emana un aire un poco más oscuro y que tal vez les suene a una versión “light” del Show No Mercy de Slayer. La primera sorpresa del álbum es la pieza un tanto Punk de Fade To Black –sí, como el tema de unos ciertos Horsemen-, que apenas alcanza los dos minutos, pero suelta tralla y tralla a más no poder. Una composición con gancho y que denota la influencia del Punk en el sonido que se fraguaba en el Thrash.



Uno de los aspectos que hace tan especial y brillante a este álbum es la inclusión de piezas largas, complejas y épicas a la cuestión; es algo que casi ninguna banda de este estilo hace por la naturaleza tan directa del mismo. El tema título inicia con un pasaje semi-acústico entre los dos guitarristas con muchas buenas melodías hasta desembocar La canción va progresando y es una pasada donde todos los miembros destacan; realmente es una pieza magistral donde me cuesta aceptar que esto sólo era el primer álbum de estos músicos. Una canción que emana el talante apocalíptico de las letras de Jason y que trae un poco de las épicas a lo Rime of the Ancient Mariner al mundo más extremo.




Pero la que se lleva el premio como la mejor canción del álbum y, tal vez, la mejor de toda la historia de la banda es la siguiente, Metal Shock. Una de las canciones favoritas de un servidor, es una obra maestra de progresión musical con el histrionismo y drama que es necesario en una pieza de este calibre; solo escuchen cómo Eric ejerce del narrador de ese mundo atormentado en las letras. Luego de un inicio que puede casi ser considerado como un preludio, la canción evoluciona a un Speed Metal arrasador donde toda la banda –como es la costumbre en el álbum- hacen unas voces de fondo matadoras. Pero lo que me mata, lo que me sorprende siempre que escucho esta canción, es ese interludio donde Newsted se despacha un solo de bajo tremendo y deja entrever lo que Metallica se perdió al castrarlo, musicalmente hablando. Uno de esos temas que valen su peso en oro y donde cada maldito segundo cuenta. Brillante.



Antes de tomar un respiro, nos bombardean con She Took An Axe, que es un corte de riffs afilados, pero con un poco más de ritmo y gancho que en las otras canciones aceleradas. Eric lo hace bastante bien, como en todo el trabajo, y David Smith se despacha otra buena actuación. Por el otro lado, U.L.S.W., es tralla, tralla y más tralla; un tema bastante directo y que se me hace el más discreto de la obra, si les soy sincero. Eso no evita que tenga su punto o que no pueda gustarles.



Der Führer, la canción que narra las atrocidades del dictador Adolfo Hitler, terminaba la versión original del trabajo. Con melodías muy a lo Randy Rhoads de los guitarristas en el comienzo, se convierte en un asalto sonoro que es avasallador y una justa representación del sonido de la banda en su etapa primigenia; fue la primera canción que escuché del grupo y que me cautivó enseguida. Escuchen ese estribillo con voces militares que exclaman “Zeig Heil! All hail! Zeig Heil!” con autoridad. Uno de los puntos más fuertes y solidos de todo el trabajo. En la versión de CD, la instrumental Flotzilla –que irónicamente fue un single del álbum y no entró en el mismo- es la que termina el trabajo y lo acaba en una nota alta con unos arreglos complejos, con momentos para brillar de cada instrumentista y dejando una sensación de satisfacción al saber que nos hemos escuchado algo brillante. Algo soberano.




Lo que hubiera sido un tour excitante y prometedor luego de la publicación de semejante obra se tornó en un episodio clave en la historia de Flotsam and Jetsam: el desgraciado suceso de la muerte de Cliff Burton, el bajista de Metallica, hizo que muchos bajistas hicieran audiciones para reemplazar al espigado fallecido. Jason Newsted era amigo de un trabajador de Elektra Records, el sello de ese entonces de la banda de Lars, y así pudo conseguir la audición por el puesto. En un gesto de señorío y de hermandad, los guitarristas ayudaron a Jason a ensayar las canciones de los Jinetes para que llegara bien aceitado a la prueba. David Smith recordaría muchos años después que el bajista era una persona muy decidida y que siempre cumplía lo que se proponía; que eso lo hacía un individuo muy importante en el grupo. Fue la marcha de Newsted la que les hizo perder ese componente de talento, perseverancia y, me atrevería decir, urgencia por componer material más desafiante; llegaría el magno No Place For Disgrace, pero ése trabajo contaría con la impronta del bajista en algunas piezas. Se perdió ese elemento que había hecho a la banda tan especial.



Al final del día, sin importar que no hayan hecho dinero ni conseguido fama, Flotsam and Jetsam se despacharon un debut para la eternidad; un trabajo que todo metalhead debería escucharse una vez en la vida porque les aseguro que al menos un tema los van a atrapar. Aquí en Doomsday for the Deceiver hay para todos los gustos: velocidad, agresión, melodía, vocales trabajadas, técnica y variedad en el sonido. 1.986 fue un año demoledor para la música Metal y estos chicos de Arizona la tuvieron muy difícil para sobresalir; pero pueden mirar atrás y estar seguros de que dieron en la tecla con este trabajo. Doomsday for the Deceiver es uno de esos trabajos que más me han sorprendido en mi vida como oyente y amante de esta música; es un álbum que no debe envidiarle nada más a los grandes que sus cuentas bancarias.

3 comentarios:

  1. A mí el disco que más me gusta de ellos es el No place for disgreace, pero este lo tenía mí hermano en vinilo y en su día le dí cera, y tienes razón, al menos siempre hay algún tema que llena.
    Igual a estos gigantes del Thrash, tenemos a Exodus que deberian haber cosechado más fama de la que lograron, discos como Impact is inminent, Pleasures of the flesh son la bomba y me gustan mucho. o los Neoyorquinos de Overkill.
    Bueno en los ochenta, sobre todo en USA pegabas una patada a una piedra y salian cinco o seis bandas de metal y todas de muy buen nivel, hoy día es todo un reciclaje de ideas.
    Buen homenaje a los Flotsamm and Jetsam, se lo merecen.

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  2. donde puedo descargar el audio de l EDICION ESPECIAL?

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  3. este disco es una bestia lo único que no comparto es que para mi Eric Ak sigue siendo uno de los mejore vocalistas de metal en la actualidad y la prueba de ello son el THE COLD, el UGLY NOISE o el mas reciente THE END OF CHAOS

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