En
la década de los 80s hubo una proliferación de bandas de un nivel ridículamente
alto en nuestra música que hacían muy fácil la misión de perderse buscando
grupos de calidad porque habían demasiadas opciones válidas desde las más
obvias hasta lo más recóndito del underground.
Y es bastante fácil entender por qué surgían tantas pero tantas agrupaciones
cuando la comercialización del género –en términos de publicidad- estaba en su
nivel más alto; el Metal estaba de
moda por todo el mundo y era un estilo musical que podía ser vendido a las
masas, si se sabía cómo manejarlos. Tenían
a la MTV pasando videos de los grupos a todas horas del día, la radio no paraba
de tocar temas de los grupos y las bandas, naturalmente, cosechaban las dulces
mieles del éxito traducidas en billetes. Para quienes triunfaban en esa
década, el cielo era el límite y no había parangón alguno; estaban en la cúspide
de lo que podía ser la carrera de un músico –estoy seguro que cada uno de
nosotros piensa en algún grupo en particular. Pero los que llevamos un tiempo
en esto sabemos que el pastel no era lo suficientemente grande para ser
dividido entre todos –algunos nacen para ser reyes y otros para ser plebeyos,
como dicen algunas personas. Eso sí: hay plebeyos que pueden doblegar a ciertos
reyes en su propio juego o al menos así lo lograron en un cierto momento de sus
vidas. Hay grupos que nacieron de la
escena del Metal, particularmente la
del Thrash, que podían mirar de tú a
tú a mucho grupo sacro que se erigió durante esa década sin siquiera pestañar.
Ahora, no voy a ejercer el rol de demagogo y venderles algo como si fuera el
Santo Grial del género; pero sí les puedo garantizar que lo que tenemos entre
manos es uno de esos puntos altos, altísimos, del estilo. Hablamos de Metal, hablamos de Arizona, y hablamos
de 1.986. Sólo podemos estar hablando de algo: el mismísimo Doomsday for the Deceiver de los
memorables Flotsam and Jetsam.
Siendo
uno de los secretos mejor guardados del Thrash
Metal, estos muchachos fundaron la banda en 1.981 y pasaron por varios
cambios de nombres hasta decantarse por el que son popularmente conocidos –un término
náutico, para los interesados en saber su significado. Como meros adolescentes
que aún transitaban por los pasillos de la secundaria estadounidense, pasaron
por algunos cambios de alineaciones hasta consolidar la que publicó este opus
de la música pesada. Los cimientos de
esta banda se erigieron gracias a una gran camaradería que nació del amor que
sus músicos pregonaban por grupos como Iron
Maiden, Motörhead, Tank, Judas Priest y muchos otros grupos; no eran de una ciudad que
apoyara mucho la música que hacían y el único apoyo genuino que tenían era el
de uno a otros. Así surgieron las composiciones de este intricado,
fenomenal y contundente Doomsday for the
Deceiver: un trabajo de Thrash Metal que
puede llegar a servir como una suerte de eslabón perdido entre los pasos
primigenios del subgénero a comienzos de la década y el más concluyente que
presentaron Slayer, Kreator o Dark Angel en este mismo 1.986. Poquito a poco, sin que nadie se diera cuenta por esos años, Arizona
estaba creando a su propia bestia; esa misma que pueden atisbar en la portada
que nos agracia hoy, aplastando al Diablo al más puro estilo The Number of the Beast.
Y
mientras el grupo iba desarrollándose como una entidad, iban componiendo las
piezas que acabarían en este magno primer álbum; y casi todas las canciones
estarían hechas por el bajista, Jason Newsted. Sí, probablemente si alguna vez
han escuchado el nombre de esta banda es porque el una vez bajista de Metallica fue miembro de estos chicos de
Arizona antes de unirse al combo de James y Lars. Realmente, aquí es donde se
puede llegar a tener una mayor valoración de lo que era el “Newkid” como músico
puesto que con los Jinetes lo regalaron al rol de un actor de reparto –y aún
así lo hacía de puta madre en los conciertos y en su trato para con los fans. Doomsday
for the Deceiver es el álbum de Jason Newsted; el momento donde se carga el
equipo al hombro y se permite brillar a sí mismo como un músico de Metal en toda la extensión de la palabra.
Sin ánimos de ofender a sus proyectos posteriores; pero un servidor piensa que
aquí es cuando Jason se explaya a sus anchas en las letras, en las
composiciones e incluso se permite algunos momentos para brillar con su bajo.
Es importante destacar esto porque la aparición de Newsted en este álbum es
(injustamente) el único resquicio de repercusión que tuvo la banda en su
carrera; pero eso no significa que no fueran mucho más que eso. Y hoy muchos de
mis lectores lo van a descubrir.
La
banda eventualmente se trasladó a California donde tendrían mayor oportunidad
para promoverse y también tocar como teloneros para grupos como Megadeth, Mercyful Fate, Riot –banda
de la que el propio Newsted es muy fan- o Armored
Saint. Su demo Metal Shock pudo
ser producido gracias a una guerra de bandas que organizó Gloria, la futura
esposa de Max Cavalera y manager de bandas, que ellos ganaron y que les
permitió tener el tiempo en el estudio para elaborar la misma. Cuando hicieron
la demo, grabaron un video de una calidad bastante pobre (y bastante hilarante)
de la canción Hammerhead en el
apartamento de Jason y Edward Carlson, uno de los guitarristas. Aprovecharon
las oportunidades para promoverse en los compilatorios Speed Metal Hell II y Metal
Massacre VII –éste último les conseguiría un contrato con Metal Blade
Records y al afamado Brian Slagel como productor. Con un presupuesto ínfimo de 5.000$ y grabado en su entereza
(producción, mezcla y toques finales) en tan solo cinco días, la ópera prima de
los de Phoenix es un ejercicio soberano de un Heavy/Speed Metal que mezcla diferentes elementos como vocales muy
deudoras del Heavy Metal clásico,
guitarras que no solo son afiladas, pero también pueden conjurar momentos
melódicos a lo Mercyful Fate; y mucha
agresividad extraída de los grupos de Thrash
Metal que ya eran nombres asentados en ese año. Cabe recalcar que en
muchas fotos de la banda de ese periodo, varios de los miembros utilizan
camisas de Metallica y es que los
Jinetes son una gran influencia en el sonido de Flotsam and Jetsam –al menos en este debut.
Cuando
pensamos en los clásicos ochenteros del Thrash
Metal, ¿en qué álbumes pensamos? La lista suele ir más o menos así, sin
hacer mucho esfuerzo: Master of Puppets de
Metallica, Peace Sells… de Megadeth,
Pleasure To Kill de Kreator, Reign in Blood de Slayer,
Darkness Descends de Dark Angel, Spreading the Disease de Anthrax…
y nos quedamos muy cortos porque solo estoy nombrando un álbum por banda. ¿Por qué no es Doomsday for the Deceiver un álbum clásico del estilo? Es una
pregunta tramposa porque la realidad es que sí
lo es; pero nunca tuvo el reconocimiento merecido. Flotsam and Jetsam entra en esa categoría de grandes agrupaciones
de abundante calidad y entrega que no cuenta con ciertos rasgos distintivos en
imagen y sonido que los separara del resto. Eran un grupo que era muy melódico para el oyente más extremo y muy
extremo para las sensibilidades del metalero más melodioso; sus canciones
podían pecar de ser muy largas y no podían terminar de consolidarse en un
mercado para promover su trabajo. Nunca hallaron cabida en el mercado ya
mencionado y con el pasar de las entregas, nunca pudieron capitalizar todo el
interés que la media especializada había desplegado en este primer álbum; se
quedaron estancados, indiferentemente de la calidad de sus obras posteriores.
Flotsam and Jetsam son
forajidos olvidados en la vastedad del tiempo. Como muchos, se entregaron en
cuerpo y alma, pero no fue suficiente para alcanzar la gloria deseada. Muy
bien, es tiempo de dejar eso de lado y concentrarnos en lo que a todos nos
importa: la música. No se comieron nada del pastel, pero igual aquí están,
hombre. Y viene por ti. Es el día del juicio para los infieles. Es el día de Flotsam and Jetsam.
La
primera en atacar como piraña enloquecida es Hammerdead, donde la banda ya comienza a hacer gala de las
fortalezas y recursos que encumbraron a este trabajo (musicalmente) en los
primeros escalones de la cadena alimenticia. Michael Gilbert y Edward Carlson son dos guitarristas bestiales: sus
riffs, melodías y solos en las seis cuerdas permiten a hacer a este grupo uno
musicalmente flexible puesto que pueden variar de estilos sin problemas. Hammerhead es uno de los temas más
conocidos de la agrupación y es un corte directo, afilado y que es un Thrash/Speed Metal bastante gozador con
ciertos toques del Heavy Metal más
ochentero. Kelly David Smith es el baterista fundador de la banda y es también un
excelso baterista; cuando era más joven
traté de aprender a tocar la batería y me di cuenta de lo dificultoso que es
para los bateristas de Thrash tocar
en tempos tan acelerados –ahora imagínense hacer eso con los cambios de ritmos
que tiene Flotsam and Jetsam. Mis
respetos para David Smith por ello, y a la banda por habernos servido un temazo
con todas las de la ley. Una forma brillante de dar el puntapié inicial a esta
joya.
El
vocalista, Eric A.K., se convirtió con el pasar de los años en uno de los bastiones
de la banda y en uno de los rasgos más característicos en su sonido. A pesar de que su voz dista mucho de lo que
fue aquí, Eric era, en sus años mozos, uno de los mejores vocalistas en el
negocio por aunar un estilo vocal más de la NWOBHM con el Thrash –y eso lo denotamos con la pieza Iron Tears. Esta canción mantiene el ritmo acojonante de la
primera y da más espacio al mencionado vocalista para que le dé rienda suelta a
toda su capacidad pulmonar para entonar; es una pieza maravillosa de escuchar y
que cuenta también con un gran trabajo en las guitarras de Gilbert y Carlson.
El bajo de Newsted impera por sobre toda la mezcla y se escucha con bastante
claridad; las antípodas de lo sucedido en el …And Justice For All.
La
maligna Desecrator es un ejercicio de
los guitarristas por hacernos trizas a una velocidad trepidante y un dramatismo
notable por parte de Eric en el micrófono; es una canción que emana un aire un
poco más oscuro y que tal vez les suene a una versión “light” del Show No Mercy de Slayer. La primera sorpresa del álbum es la pieza un tanto Punk de Fade To Black –sí, como el tema de unos ciertos Horsemen-, que apenas alcanza los dos
minutos, pero suelta tralla y tralla a más no poder. Una composición con gancho
y que denota la influencia del Punk en
el sonido que se fraguaba en el Thrash.
Uno
de los aspectos que hace tan especial y brillante a este álbum es la inclusión
de piezas largas, complejas y épicas a la cuestión; es algo que casi ninguna
banda de este estilo hace por la naturaleza tan directa del mismo. El tema
título inicia con un pasaje semi-acústico entre los dos guitarristas con muchas
buenas melodías hasta desembocar La
canción va progresando y es una pasada donde todos los miembros destacan;
realmente es una pieza magistral donde me cuesta aceptar que esto sólo era el
primer álbum de estos músicos. Una canción que emana el talante
apocalíptico de las letras de Jason y que trae un poco de las épicas a lo Rime of the Ancient Mariner al mundo más
extremo.
Pero
la que se lleva el premio como la mejor canción del álbum y, tal vez, la mejor
de toda la historia de la banda es la siguiente, Metal Shock. Una de las
canciones favoritas de un servidor, es una obra maestra de progresión musical
con el histrionismo y drama que es necesario en una pieza de este calibre; solo
escuchen cómo Eric ejerce del narrador de ese mundo atormentado en las letras.
Luego de un inicio que puede casi ser considerado como un preludio, la canción
evoluciona a un Speed Metal arrasador
donde toda la banda –como es la costumbre en el álbum- hacen unas voces de
fondo matadoras. Pero lo que me mata, lo que me sorprende siempre que escucho
esta canción, es ese interludio donde Newsted se despacha un solo de bajo
tremendo y deja entrever lo que Metallica
se perdió al castrarlo, musicalmente hablando. Uno de esos temas que valen
su peso en oro y donde cada maldito segundo cuenta. Brillante.
Antes
de tomar un respiro, nos bombardean con She
Took An Axe, que es un corte de riffs afilados, pero con un poco más de
ritmo y gancho que en las otras canciones aceleradas. Eric lo hace bastante
bien, como en todo el trabajo, y David Smith se despacha otra buena actuación.
Por el otro lado, U.L.S.W., es
tralla, tralla y más tralla; un tema bastante directo y que se me hace el más
discreto de la obra, si les soy sincero. Eso no evita que tenga su punto o que
no pueda gustarles.
Der Führer,
la canción que narra las atrocidades del dictador Adolfo Hitler, terminaba la
versión original del trabajo. Con
melodías muy a lo Randy Rhoads de los guitarristas en el comienzo, se convierte
en un asalto sonoro que es avasallador y una justa representación del sonido de
la banda en su etapa primigenia; fue la primera canción que escuché del grupo y
que me cautivó enseguida. Escuchen ese estribillo con voces militares que
exclaman “Zeig Heil! All hail! Zeig Heil!”
con autoridad. Uno de los puntos más fuertes y solidos de todo el trabajo. En
la versión de CD, la instrumental Flotzilla
–que irónicamente fue un single del álbum y no entró en el mismo- es la que
termina el trabajo y lo acaba en una nota alta con unos arreglos complejos, con
momentos para brillar de cada instrumentista y dejando una sensación de
satisfacción al saber que nos hemos escuchado algo brillante. Algo soberano.
Lo
que hubiera sido un tour excitante y prometedor luego de la publicación de
semejante obra se tornó en un episodio clave en la historia de Flotsam and Jetsam: el desgraciado
suceso de la muerte de Cliff Burton, el bajista de Metallica, hizo que muchos bajistas hicieran audiciones para
reemplazar al espigado fallecido. Jason Newsted era amigo de un trabajador de
Elektra Records, el sello de ese entonces de la banda de Lars, y así pudo
conseguir la audición por el puesto. En
un gesto de señorío y de hermandad, los guitarristas ayudaron a Jason a ensayar
las canciones de los Jinetes para que llegara bien aceitado a la prueba.
David Smith recordaría muchos años después que el bajista era una persona muy
decidida y que siempre cumplía lo que se proponía; que eso lo hacía un
individuo muy importante en el grupo. Fue
la marcha de Newsted la que les hizo perder ese componente de talento, perseverancia
y, me atrevería decir, urgencia por componer material más desafiante; llegaría
el magno No Place For Disgrace, pero
ése trabajo contaría con la impronta del bajista en algunas piezas. Se
perdió ese elemento que había hecho a la banda tan especial.
Al
final del día, sin importar que no hayan hecho dinero ni conseguido fama, Flotsam and Jetsam se despacharon un
debut para la eternidad; un trabajo que todo metalhead debería escucharse una vez en la vida porque les aseguro
que al menos un tema los van a atrapar. Aquí
en Doomsday for the Deceiver hay para
todos los gustos: velocidad, agresión, melodía, vocales trabajadas, técnica y
variedad en el sonido. 1.986 fue un año demoledor para la música Metal y estos chicos de Arizona la
tuvieron muy difícil para sobresalir; pero pueden mirar atrás y estar seguros
de que dieron en la tecla con este trabajo. Doomsday for the Deceiver es
uno de esos trabajos que más me han sorprendido en mi vida como oyente y amante
de esta música; es un álbum que no debe envidiarle nada más a los grandes que
sus cuentas bancarias.
A mí el disco que más me gusta de ellos es el No place for disgreace, pero este lo tenía mí hermano en vinilo y en su día le dí cera, y tienes razón, al menos siempre hay algún tema que llena.
ResponderEliminarIgual a estos gigantes del Thrash, tenemos a Exodus que deberian haber cosechado más fama de la que lograron, discos como Impact is inminent, Pleasures of the flesh son la bomba y me gustan mucho. o los Neoyorquinos de Overkill.
Bueno en los ochenta, sobre todo en USA pegabas una patada a una piedra y salian cinco o seis bandas de metal y todas de muy buen nivel, hoy día es todo un reciclaje de ideas.
Buen homenaje a los Flotsamm and Jetsam, se lo merecen.
donde puedo descargar el audio de l EDICION ESPECIAL?
ResponderEliminareste disco es una bestia lo único que no comparto es que para mi Eric Ak sigue siendo uno de los mejore vocalistas de metal en la actualidad y la prueba de ello son el THE COLD, el UGLY NOISE o el mas reciente THE END OF CHAOS
ResponderEliminar